Teníamos que acabar nuestro viaje con un récord: 61 horas de bus sin parar para hacer Cuzco-Quito! Y lo más increíble de todo, es que no hubo ninguna avería, cambio de rueda en urgencia, realmente genial, Jajaja!

Después de un día de descanso, hemos visitado el centro histórico de Quito con sus magníficos monumentos coloniales. Otra encantadora capital con sus plazecitas y sus numerosas iglesias. Nos ha gustado mucho.

Y entonces, es en un restaurante típico de comida ecuatoriana que hemos celebrado el cumpleaños de Sebas, y el final del viaje. Para la anécdota, no ha sido facil encontrar un restaurante que servía el alcohol debajo de la mesa, ya que una ley prohibe la venta de bebidas con alcohol los domingos a partir de las 16h. ¡Lo hemos pasado fenomenal!

En algunas horas, ya tenemos nuestro vuelo de vuelta hacia París.

Después de un año de viaje, intenso, regresamos con miles de imágenes en la cabeza, y una mezcla de sensaciones distinctas.

Díficil ahora tener una perspectiva general sobre todo lo que hemos vivido durante estos 366 días.

Unica convicción: estámos realemente muy felices de haber realizado nuestro sueño!!

Bajo propuesta de Natacha, hemos aprovechado su invitación en la comunidad indígena de los Queros para participar al Festival de Qoyllur Rity.

Actualmente candidata al UNESCO para estar clasificada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, las fiestas de Qoyllur Rity son una de las manifestacionas religiosas andinas más intensas de América latina, tanto por su gran devoción que por su exigencia física. Ubicada al pie del glaciar de Sinacara, en el campamento de Mawayany, a 4 600 metros de altura, esta fiesta mezcla a la vez los rituales incas dedicados a la celebración de los Apus (montañas, estrellas, sol, luna), con una fe cristiana casi omnipresnte. Un ilustre ejemplo de sincretismo religioso.

 

Entonces, son más de 30 000 fieles que acuden cada año, según el calendario andina, al pie del glaciar, perpetuando así un ritual presente desde ya hace dos siglos. Y realmente, tenemos que reconocer que no sabíamos bien cómo iba a ser esta otra aventura…

Por tanto, es con Victor que nos hemos ido desde Cuzco, un amigo antropólogo de Natacha, para juntarnos con la nación de los Queros, al pie del nevado. Después de 4h de bus, hemos empezado la ascensión hasta Mawayany de noche, más de 3h de caminata, sin olvidar de hacer algunas ofrandas de hojas de coca para desearse suerte. Antes de empezar, una mujer servía a todos maté de coca gratuitamente a cada peregrino, explicando que debía mucho al Señor…Comunidades enteras caminaban, tocando música, cantando, todos en trajes tradicionales, torchas en la mano, dibujando así de noche, un bonito recorrido luminoso a través las montañas. Un ambiente festivo y religioso ya bastante especial, era la primera vez que vivíamos algo parecido, y sólo era el inicio…

Aparte de las conversaciones apasionantes con Victor sobre su visión de las comunidades indígenas, sus rituales y sus modos de pensamientos, a cada icono que se encontraba en las montañas, las comunidades se paraban para hacer oraciones, de rodillas, gorros en las manos para rezar. Luego, bailes y cantos seguían, antes de reanudar la caminata, a un buen ritmo. Familias enteras se sucedían, mujeres como hombres llevaban cargas importantes, a veces calzadas con meras chanclas, y cantaban todo el largo del recorrido. ¡Vaya visión increíble descubrir la fuerza y la coraje de estos “Sherpa andinos”! También, nos ha sorprendido ver personas con muletas intentando llegar en el glaciar, tratando así de vivir de nuevo el camino expiatorio de Cristo. Fuegos artificiales, hombres llevando cruces de madera gigantes o diferentes imágenes de Cristo. Realmente, parecía que éramos en otra dimensión… La luz de la Luna era tan intensa, que ni  se necesitaba frontales, de hecho, era fascinante descubrir estas imponentes montañas de noche, en este ambiente.

Antes de ingresar en el campamento, cada congregación hacía su saludo oficial con bailes colorados y cantos, ante la imagen milagrosa de Cristo. Totalmente helados de frío, hemos itentado calentarnos en una de las carpas de plástico en las que se servía el Ponché- nuestro futuro compañero de viaje- tipo sopa de habas con un toque de alcohol de caña de azucar. Antes de juntarnos con la comunidad de los Queros, hemos visitado la iglesia con su famosa piedra sagrada con la representación divina.

Y es sólo a las 2h de la madrugada que hemos entendido de que os Queros se localizaban al pie de la montaña. Claramente, ya que sólo llegaban el día siguiente, nos hemos encontrado sin tienda para afrontar el -10ºC que nos esperaba. Hemos intentado buscar refugio en la iglesia, antes de que los “Ukukos”, los guardianos del Señor,  nos botaran de allá. Disfrazados de oso, ellos son muy respetado por la gente, cogen siempre una voz super aguda, para mantener el orden y la paz durante los diferentes actos litúrgicos.

Total, a las 4h de la madrugada, en un frío de muerte, nos hemos decididos en invertir en 5 metros de plásticos azul, para dormir en uno de las laderas de la montaña, protegidos por algunas piedras. Capacidad de adaptación a su paroxismo, quizas no hubiéramos sido capaces de hacerlo al inicio de nuestro viaje. Pero sí, hemos dormido como sintechos, pegados los unos con los otros, con un Victor que no conocíamos de nada algunas horas antes. ¡Vaya aventura! Equipamento de circunstancia: 2 sacos de dormir cada uno, 2 polares, 2 anoraks North Face de plumas, gorros, guantes…y todos envueltos en la lona de plástico salvadora, como en “papillote”, jajaja! Nos hemos reído como niños mientras acomodamos nuestro hotel 3 estrellas con piedras, para evitar que se nos caigan sobre la cabeza durante la noche, jajaja! ¡Vaya pasada! Realmente, se tiene que experimentar para entenderlo, jajaja!

Tres horas más tarde, al despertar ( !), algunos peruanos sacando la cabeza de sus “papillotes” respectivas, sonreían de ver a 2 extrangeros dormir como ellos. Mientras quería saludarle, hice caer la mitad de nuestro muro de piedras –que tenía, en teoría, que protegernos del frío- provocando sus risas ¡! Estábamos completamente helados de frío…pero ¡vaya recuerdo!

De día, nos ha sorprendido ver el número de fieles participando a las festividades. Miles de carpas eran puestas en el Valle, era como un tipo de Woodstock con tradiciones incas y cristianas, en el que grupos de bailarines cantaban todo el día, sobre las 24h. Una locura total !!!

Plato de arroz con maté para calentarnos en una de las carpas de plástico, mientras nos distraíamos en mirar la gente caer delante de nuestro chiringuito…todo era cubierto de hielo! Nuestra cocinera nos indica con orgullo, que cada persona que se caía al suelo, se tenía que considerar como pecador, y en este caso irse directamente a confesar al templo…Está claro que siempre teníamos mucho cuidado al salir de su carpa, jajaja!!!

Luego, nos hemos paseado entre la muchedumbre para observar este espectáculo en vivo. Quizas no nos damos bien cuenta de lo que hemos perdido con nuestra ausencia de tradiciones, y comunidades culturales. De todas formas, es realmente extraordinario ver a tantos jóvenes, felices de bailar y tocar música mientras suben a la montaña, sin el menor signo de cansancio, y estas mujeres girar y girar con sus tacones (¡) y sus bonitas faldas. Hemos pasado horas y horas en observarles, cada comunidad tenía sus propios trajes y ritmos, llevados por los “Pablitos”, los jefes de las comparsas. ¡ Una expresión espiritual muy rica, única!

Después de una siesta bien merecida en el Sol, mientras mujeres pelaban montañas de papas para su comparsa, los Queros han llegado por fin, y con ellos, Natacha. Uuff! La comunicación verbal con los miembros de la comunidad ha sido un poco difícil ya que sólo hablan Quechua, sin embargo, hemos conocido a personas sencillas y puras. Ofrandas de hojas de coca, caldo compartido con ellos, a veces la comunicación era simplemente gestual.

Otra antropóloga, una peruana y una pareja de italianos acompañaban también dicha congregación. Hay que reconocer que para participar a esta celebración, es necesario tener ya contactos con las comunidades, de ahí la casi ausencia de extrangeros. Del número impresionante de peregrinos, apenas hemos cruzado a unos 20. Por la tarde, hemos asistido a bailes, antes de ir a un pendiente de la montaña dónde juegos eran organizados.

El poder de « The Secret » toma toda su dimensión. En realidad, cada uno puede comprar su coche en miniatura, su tienda, construir su casita con piedras, y celebrarlo con confeti y petardos. El objectivo es que cada sueño se pueda realizar durante el año. Era también posible comprar billetes falsos (dólares, euros…) o casarse por la broma. Y es lo que hemos hecho para 10 soles! Boda celebrada con más de cien peruanos, todos sorprendidos y contentos de ver a los 2 únicos occidentales de la fiesta decir “si” con falsos anillos. El cura – también falso- se lo ha pasado también muy bien, alargando su discurso para la risa de todos. Vaya situación más burlesca!!! Una ceremonia divertida, que se acabó con un baile y una lluvia de confetis lanzados por nuestros dos testigos, Natacha y Simone, el italiano. Por supuesto, enseñaremos la video para los aperitivos, jajaja!!!

Por la noche, hemos bailado con los Queros, esperando la salida de la Luna, momentos sencillos y acogedores.

Después de una noche más que helada a 4 en una tienda (noche de miel bastante original, jajaja !), nos hemos ido con Natacha en la montaña Colquepunku para ver las comunidades bajar del Nevado. Subido a las 3-4h de la madrugada, son más de 3000 personas que han esperado la puesta del sol al pie del Nevado, ellos tienen que regresar con brillantes bloques de hielo sobre sus espaldas, los cuales simbolizan la “estrella de las nieves”, la misma que posteriormente será ofrendada al sanctuario. Calentamiento global, esta tradición ya no es en vigor, en cambio se lavan las manos con las cristalinas aguas del Nevado, hecho que simboliza la purificación del alma y su unión con la Naturaleza. ¡Y qué espectáculo ver miles de hombres y mujeres, algunos adornados con plumas de aves, corriendo en las montañas al amanecer! ¡Realmente magnífico!

Después de una última danza con los Queros- bastante emocionante-, nos hemos ido para 38km de caminata con otras comunidades, para llegar a Ocongate. Y es acompañados con miles de peregrinos que hemos caminado una primera parte del trayecto, con los músicos y danzantes, además de personas que llevaban ollas e insumos para la preparación del potaje tradicional. A parte de un équipo de televisión japonesa y algunos periodistas peruanos, no hemos cruzado a ningun extranjero.

Y efectivamente, las personas de las comunidades eran a veces sorprendidas de vernos con ellos, y a la vez se mostraban muy amables. Aquí, el concepto de fraternidad coge todo su sentido. Una vez llegados al primer campamento alrededor de las 16h, la comunidad de Andayate- formada por uno de los amigos de Natacha- nos ha acogido con mucha energía, ofreciéndonos cena y hojas de coca. Luego, hemos podido descansar de nuevo debajo de nuestro hotel de plástico los 3, mientras algunos “Pablitos” hacían juegos en la montaña de enfrente, provocando la risa general de la gente. ¡Qué energía!

Sobre las 20h, algunas comunidades empezaban ya a cantar y bailar, en pequeñitos grupos, anunciando así el inicio de la trashumancia. Y efectivamente, de noche, en fila india, cada uno con su propia comunidad, con oraciones y torchas, hemos caminado horas y horas. Díficil describir lo que hemos sentido en estos momentos. El son del tambor marcaba nuestros pasos, las flautas parecían aliviar nuestro cansancio y borrar un poco este terrible frío. Era imposible perder el ritmo, ya que teníamos que quedar con nuestra comunidad. Cada hora y media, hacíamos pausas, muchas veces necesarias, aunque nos helábamos de frío enseguida. De hecho, nos proponían tomar alcohol de caña de azucar y hojas de coca para darnos energía. Y bajo un cielo estrellado como nunca, y con esta música que habíamos oído tanto, seguíamos de nuevo. A veces, se podía cruzar grupitos de gente parados, sin luz, ni música, para facilitar el descanso. Escenas que eran al final bastante normal, pero ahora, nos parecen totalmente halucinantes.

Sobre las 4h de la madrugada, hemos llegado en el lugar de la ceremonia del día siguiente. Después de haber tomado un ponché caliente, nos hemos puesto debajo de nuestro hotel-plástico. La verdad es que nuestra carpa era tan pesada, que hemos recorrido al método antiguo, un poco “rústico” eso sí, pero que funciona al final, jajaja! De hecho, nos hemos partido de risa viendo que todos los vecinos peruanos dormían en tiendas, mientras que nosotros 3 occidentales nos tocaba dormir de nuevo en “papillote”, jajaja!!! Qué locura!!! De todo modo, esta noche, se me ha olvidado poner mis zapatos debajo del plástico, les he encontrado más tarde completamente helados!!!

Tres horas más tardes, cientos de personas se activaban en la preparación de la ceremonia de la salida del Sol. Y vaya emoción descubrir comunidades enteras, perfectamente en línea desde la cumbre de la montaña, arrodillándose en silencio, mientras aparecían los primeros rayos del Sol. Un momento suspendido, mágico! En este instante, uno olvida fácilmente el cansancio acumulado y este maldito frío. Realmente, merecía la pena cambiar las playas ecuatorianas para vivir estos momentos impactantes…

Luego, empezó la fiesta, las comunidades corrían en las laderas de las montañas en zigzag con sus banderas, músicas, cantos…3 horas de espectáculo hasta bajar al final del Valle. Ceremonias, alegría, fervor…¡qué magia!

Y 2 horas de trekking y 3h de bus más tarde, ya estabamos de nuevo de regreso en Cuzco.

Claramente, hemos soñado muchas veces acabar nuestra vuelta al mundo bronzeando en las playas del Ecuador, pero la experiencia humana ha sido tan enriquecedora, impactante, que estamos muy felices de haber disfrutado a 200 por hora, hasta el final.

Fuertes momentos de comunión en los que hemos podido percibir todo el espíritu andino, en el que el pueblo se entrega con devoción a su dios supremo: la Naturaleza.

Realmente, ha sido nuestra experiencia humana más fuerte, y de lejos…

Después de haber decidido reducir nuestro viaje en Brazil para descubrir la Antártida (y ¡ vaya experiencia!), hemos hecho lo mismo con el resto de Perú y Ecuador para participar al Festival de Qoyllur Rity…nuestra mejor experiencia humana.

El fin de semana siguiente, nos hemos ido con Natacha y Rely- su pareja- pasar un día en una casa perdida en el medio del Valle Sagrado. Se llega allá después de 2h de bus, media hora de colectivo y media hora de caminata. Aquí, no hay agua, electricidad, pero un hermoso río al lado de la casita, y sobre todo una vista impresionante sobre todo el Valle.

Nos ha encantado ir a buscar leña y mirar las estrellas tomando un maté, bien instalados con mantas en el frío. Por la noche, hemos cenado un deliciosa comida preparada en el horno, acompañadas de unas cuantas cerbezas que habían refríado toda la tarde en el río.

Un lugar ideal para meditar, aislado del mundo. Un verdadero paraíso, y realmente, lo hemos pasado fenomenal ¡!

El Valle Sagrado también es un conjunto de ruinas inca que hemos recorrido en 2 días:

–          El pueblo de Chinchero con sus inmensas terrazas inca

–          Las ruinas de Ollantaytambo representadas por una imponente fortaleza que antiguamente controlaba el camino hacia el Machu Picchu

–          La serie de amphiteatros de Moray que eran antiguos centros de búsquedas agronóminas inca…

–          Y más de 4000 salinas dibujadas en el ladero de un valle, en el corazon de la Cordillera de los Andes. Absolutamente halucinante, casi no hemos creñido en Pamukkale en Turquía.

 ¡ Realmente muy interesante !

Antes de dar la vuelta al mundo, había lugares que nos parecían imprescindibles, y claramente el Machu Picchu formaba parte de ellos. Quizas porque se trata del monumento precolumbiano más espectacular de América del Sur…

Pero bueno, para allá, o se coge un tren ida y vuelta que cuesta más de 70$, o se opta por el recorrido del combatiente. Y después de 11 meses de viaje, está claro que hemos ido por la solución local, aunque nos han dado algunos sustos y agujetas.

La ida: 4h30 hasta Santa María en mini bus, amontonado a 5 en vez de 3 lugares (normal!), luego 1h de espera antes de coger un taxi para Santa Teresa, otra 1h30 en una carretera vertiginosa, más 30 minutos de espera para coger otro mini van para media hora de viaje, y luego 2h15 de caminata con mochila seguiendo el río Urubamba, ubicado al confluente de los 3 valles. Un total de 11h de viaje para recorrer menos de 150km, sin duda, era la opción económica!!!

Pequeñita anécdota, una mujer peruana subió con nosotros en el trayecto en el que nuestro taxi tuteaba tanto con el barranco. Cada vez que cruzábamos un coche, iba preguntando por la presencia de la policía, entonces, a un momento lo hemos pedido cúal era el problema. Y ahí, con toda la alegría del mundo, nos contesta que lleva hojas de coca. Sin darnos bien cuenta, en el momento, la tranquilizamos diciendo que es otorgado transportar hojas de coca en pequeñita cantidad. Y ahí, la mujer se parte de risa, y me contesta que lleva más de 33kg en el maletero!!! Increíble! Se reío aún más cuando me vio contar las bolsas puestas al ladito de nuestra mochila…Y lo más halucinante de todo, es que no temía cualquier sancción por parte de la policía, si no que ellos mismos le iba a robar su mercancía para luego venderla. Wouah!!! Por supuesto hemos seguido con una larga conversación sobre el tema de corrupción e injusticia en el país. Al final, el chófer ha dejado a la mujer en catimini con todas sus bolsas sin problema.Uufff!!

Pero la historia, no se acabó así, para nuestro último recorrido en mini bus, nuestro chófer era cómplice con un trafico de coca: registro de la policía, una mujer subío en pánico después de haberse confiscado otro bolsa de coca, un coche se paró dándonos corriendo otra bolsa, la mujer que antes estaba en el taxi con nosotros llamaba desesperaba para ubicarse con otro grupo en un puente…

Bueno al final, después de este show, nunca estuvimos tan contentos de cargar nuestra mochila e irnos a caminar. Lo cierto, es que si nos habían detenido, hubieramos sido los perfectos turistas, sin saber ninguna palabra de castellano!!!

El día siguiente, es con Nicolas y Julie- dos otros mochileros- que nos hemos ido a las 4h de la madrugada a subir la larga escalera inca de piedras. Subida un poco dura, pero ¡ vaya recompensa arriba ! 

 

En realidad, aunque hemos visto 15 000 fotos del Machu Picchu previamente, la pimera vista supera lo imaginario. Primero, nos ha sorprendido ver su extraordinaria conservación y su tamaño. Y para disfrutar más de la vista, hemos subido 1h más en la montaña de enfrente, el Wayna Picchu, para un panorama grandioso del sitio. Y luego, para seguir con este sueño-realidad, hemos seguido la caminata sobre las pendientes abruptas para descubrir el templo de la Luna (2h30 de caminata, teníamos las piernas “en fuego”!), en paísajes absolutamente mágicos.

Después hemos visitado el Machu Picchu con una guía apasionanante, olvidando así nuestro cansancio. Como la civilización egipcia, la cultura inca se revela fascinante por sus proezas técnicas, archeológicas, cosmologías, sus ritos, ceremonias y deidades. Sería totalmente fabuloso poder regresar en la época de gloria de dicha civilización, tendríamos tanto que aprender de ellos.

¿Capital religiosa, residencia de un emperador, refugio de las vírgenes del Sol o última capital inca? El misterio permanece. De todas formas, nos ha dado ganas de procurarse un libro especializado en el tema a nuestra vuelta, ya que es absolutamente apasionante ¡!

La vuelta a Cuzco ha sido la misma locura que a la ida,  o sea totalmente burlesca!

Entonces: 2h30 de caminata, 30 minutos de mini bus, luego…2h de espera en el bus, el tiempo que nuestro próximo chófer coma, tome una ducha y haga una siesta (¡ Olé !). Y como no era suficiente, nos ha pedido si alguien quería conducir ya que se encontraba cansado, aunque teníamos 5h de viaje! Por tanto, nos hemos sentado delante con Sebas para poder conversar todo el rato con él, e evitar que se duerma. Ya os podemos confirmar que conocemos muy bien el trayecto y todas las curvas. Y 2h más tarde, hemos tenido que cambiar una rueda desinflada “a la peruana”. Sólo la tecnica, merece la visita, como el Machu Picchu, jajaja! Como la gata no funcionaba, teníamos que poner piedras, mientras otros se suspendían del otro lado del bus para hacer contrapeso! Con Julie, nos hemos sorprendido en intentar sacar las piedras debajo de la rueda con la mano, mientras que nos podían aplastar los dedos en nada. Y claro, todo esto de noche, con un frío de muerte. Y lo más increíble de todo es que media hora más tarde, hemos pinchado otra rueda, y como no había más rueda de recambio, hemos puesto de nuevo la 1ra rueda desinflada. ¡Ante todo, la seguridad señores, jajajaja!

Y con ya 4h de retraso, nuestro chófer se ha puesto a correr detrás de un liebre para traernoslo en el bus. Además, estaba muerto de risa. A este momento, algunos ya empezaban a petar, y Nicolas le ha gritado un « ¡VAMOS !» inequívoco.

Es increíble cómo uno se puede poner en peligro sin quererlo. De todas formas, hemos celebrado el final de esta aventura en el MacDo de vuelta a Cuzco, nada típico por cierto, pero era la única cosa abierta a esta hora, y realmente merecíamos un buen hamburger después de tantas emociones, jajajaja!!!

Con suerte, después de 2 semanas de huelga en Puno, y un blocus en el lado peruano, hemos aprovechado la reapertura de la frontera Bolivia-Peru debido a las elecciones presidenciales. Por tanto, hemos añadido otro sello a nuestro pasaporte, para nuestro país Nº24 !

Y una vez en Cuzco, hemos de admitir que inmediatamente nos hemos enamorado de la “Roma de los Incas”! Hemos deambulado de noche en esta increíble ciudad colonial, erigida en los vestigios de edificios incas. Díficil de no quedar asombrado ante las maravillas del saber inca. En realidad, la mayoría de las construcciones españolas se apoyan sobre restos precolumbianos. Al final, resulta ser ¡ un verdadero museo al aire libre ! Se siente este mismo tipo de sensación de grandeza ante civilizaciones antiguas cuando uno visita algunas ciudades italianas por primera vez, como Venezia o Firenze, aún más majestuosas y misteriosas de noche. Por tanto, nos hemos parado mucho más que lo previsto en esta ciudad relax, disfrutando de sus bares y restaurantes, y de su increíble riqueza archeológica.

Por la noche de las elecciones presidenciales, nos hemos juntado con Natacha, una amiga de enfancia de Sebas, y sus amigos en una picantería, un bar 100% típico. Y es con mucha Chicha- bebida a base de maíz-,  o sea con muchísima Chicha (¡!) que hemos celebrado la victoria de Ollanta, en un ambiente super animado. De hecho, esta noche, nos hemos ido a acostar a las 22h, pensando todos que ya era más que las 3h de la madrugada!

El día siguiente, fuimos con Natacha a visitar los alrededores  de la ciudad, con una agradable introducción a la civilización inca: visita de un sanctuario dedicado al culto del Puma (dios de la guerra), imponente “fortaleza” inca, observatorio perfectamente conservado, y numerosas ruinas aún desconocidas del turismo. Al final, un “Campo Tour” super original mientras que nos reíamos como niños.

¡ Genial !

Para nuestra excursión en la Selva, en el parque Madidi, uno de los más bonitos de Amazonia, hemos tratado con una agencia especializada, gestionada por indígenos. De los 11 meses recorridos en los diferentes países, es la primera vez que estuvimos tan impresionados por nuestro guía. Una vida excepcional, de nuevo un encuentro impactante.

A los 22 años, Ismael, indígena de Madidi, ya estaba valorado por las guías turísticas tipo Lonely Planet, como uno de los mejores guías de la selva de América latina. Con esta fama consolidada, decidió montar su propio negocio conjuntamente con otros guías, algo totalmente novedoso, sabiendo que todas las agencias están llevadas por occidentales o descendientes de españoles. Celos, complot, algunos meses más tarde, le encarcelan sin haber sido juzgado.

Su increíble fuerza y carácter le ayudaron durante los 3 años y medio de detención (¡!) para formarse intelectualmente, estudiando el Derecho, el Inglés y la Agronomía. Liberado por buena conducta, y sin haber podido presentarse a ningún juicio, Ismael se ha vuelto guía en la única agencia indígena, aceptada desde entonces. Extremadamente profesional, trabajando a veces con embajadores u otras personalidades, nos ha impresionado también por sus capacidades físicas. Utilizando la macheta como simple prolongación de su brazo, se siente a veces más cómodo corriendo descalzado en la selva, para confundirse totalmente con el entorno. Hemos pasado horas siguiéndole, parándose cuando olía la presencia de un animal, observaba las huellas frescas de puma o detectaba gritos de monos o pájaros, que a nosotros nos parecían casi imperceptibles. Díficil encontrar una persona en total harmonía con su entorno.

Y con su ayuda, hemos descubierto un poco lo que era vivir en la Selva.

A veces cortaba unas “uñas de gato”, que son como lianas que una vez seccionadas, se transformaban en fuente de agua pura.

Sin parecer « survivors », hemos comido larvas salteadas. Absolutamente exquisito. Un prejuicio menos…

Aparte todas las informaciones sobre los arboles medicinales y sus místicas leyendas, algunos momentos fuertos :

–          Hemos sorprendido un ganado de más de 200 chanchos salvajes, mientras Ismael imitaba otro grito de animal para que no nos ataquen. Durante la carrera, nuestro gúia cortaba con precisión algunas hojas y ramas para que hiciéramos lo menos ruido posible.

–          Hemos observado monos de bolsillo pasando de ramas en ramas, cientos de loros revoloteando en parejas de noche. ¡Simplemente mágico!

–          Una noche en plena Selva (fuera del campamento), con sólo una mosquitera, y a menos de un metro un hormiguero. Pero como decía Ismael, no panic, sólo hacen que pasar, jajaja! 

–        Los chicos han puesto su ingeniosidad a prueba construyendo una balsa para bajar el río. Funcionó, y ha sido un momento genial!

 Al final, hemos vivido dos experiencias complementarias Pampa y Selva, que nos han dado ganas de volver en el futuro 2 semanas, para aprofondizar nuestro conocimiento de esta increíble biodiversidad. Un frágil equilibrio, aún perservado aquí.

 ¡ Lo hemos pasado fenomenal ¡

Después de haber pasado varias semanas encima de los 4000 metros, masticando bolsas enteras de hojas de coca, cambio total de lugar con una escala en Rurrenabaque, en el Norte de Bolivia.

Pequeñito pueblo amazónico, ubicado en las colinas cubiertas de bosques tropicales y el río Beni, Rurrenabaque se ubica a la extremidad de los Andes y a las orillas de Amazonia.

Antes de irnos en la pampa y en la selva, hemos encontrado un hospedaje super típico (desconocidos de los turistas que andan con la guía, y es mucho mejor así)! Aquí, la gente viene por su desayuno pantagruélico (2 enormes pancakes con una ensalada de fruta, ideal para tener una energía de muerte todo el día!), se toma siempre con los 2 papagayos de la casas, los regímenes de plátanos están en libre servicio (parece que las cabras de los vecinos se han enterado del truco también, jajaja!), hamacas a la orilla del río, y ambiante familiar…Entonces, ¡ en menos de 5 minutos uno ya se siente como en casa!

Nos hemos ido 3 días en la pampa con un alegre grupo de 6 otros mochileros anglosajones. Después de 3 horas de carreras caóticas, hemos podido subir en una pequeñita barcasa de madera, y así descubrir un número increíble de animales. Realmente, no pensábamos estar tan asombrados. Hemos podido observar cientos de caïmanes, la boca entreabierta, tratando de regular la temperatura de su cuerpo, o medios disimulados en la maleza del río.

No deja de ser siempre una sensación un poco extraña de poder acercarse a menos de 2 o 3 metros de estos depredadores. De noche, el espectáculo ha sido aún más impresionante, escrutando con torchas estos cientos de ojos rojos-amarrillos, penetrantes e inmoviles. Al final, amarrábamos la lancha a menos de 5 metros de Pablo, un caïman acostumbrado a nuesto campamento, casi sin prestar atención. Otro miedo desaparece…

 ¡Y qué festival de colores más increíble al que hemos asistido, con todos estos pájaros tan distintos! Tucanes, garzas, loros nos sorprendían por su belleza, mientras los monitos amarrillos jugaban en los árboles y las tortugas se tiraban en el agua, unas detrás de otras, como náyades de Hollywood.

Después de una curva, nos hemos topado con dolfines de color rosado –bastante sorprendante- jugando alrededor de nuestra embarcación, una bonita sorpresa.

Una mañana, todos calzados de botas de goma, hemos seguido nuestro guía en un pantano, en búsqueda de anacondas. La verdad es que ninguno de nosotros creíamos realmente que se podía coger uno – como si fuera sólo en los documentales-, por tanto, seguíamos riéndonos, contándo anéctodas de viaje o bromas, sabiendo que Quique iba con un simple bastón para capturar uno de éstos reptiles constrictores…O sea que es a veces díficil distinguir el límite entre estar valiente o simplemente loco …Sin embargo, en menos de media hora de caminata, los japones de otro grupo han corrido hacia nosotros para poder posar los primeros con el Anaconda atrapado por Alfredo…Escenas siempre inverosímiles…

De todas formas, está claro que la vuelta se ha hecho casi corriendo, ya que de verdad, el campo estaba lleno de anacondas…Es siempre halucinante ver cómo uno se puede poner en situación de peligro, sin darse absolutamente cuenta.

Otro animal sorprendante: el capybara, una mezcla entre el cuy y el hipopótamo.

De nuevo, hemos podido poner a prubas nuestros talentos de pescadores, tratando de pescar piranhas para la cena. Entonces, ya tenemos la confirmación que somos los 2 un zero a la izquierda, y felicidades a los piranhas que han logrado disfrutar de un montón de carne roja sin morder a la herramienta. ¡Vaya risa!

De esta experiencia, nos recordaremos los 2 paseos de noche en el río Beni, motor apagado, escuchando los ruidos del mundo de la pampa, observados por centenas de caïmanes, bajo un espléndido cielo estrellado. Todos estábamos de acuerdo que se trataba de unos momentos increíbles de la vida…con otro espectáculo deslumbrante de la Naturaleza….

Vuelta en La Paz para un último restaurante antes del regreso de Alex. Ciudad más alta del mundo, con más de 4000m, en un gran cañon árido, díficil respirar correctamente en todas estas callecitas que suben y bajan. Ruidosa, contaminada como New Delhi, aquí existe un chaos impresionante, con todos estos barrios que comen poco a poco las laderas de la montaña.A cada rincón de calle, se encuentran mamitas que venden un poquito de todo. De la bebida local a base de maíz, el Api, pasando por joyas o tejidos colorados.

Ultima cena con Alex en un restaurante…francés. No hemos resistido a los quesos, patés, baguette y mousse de chocolate del menú. Eso sí que se llama placer de la vida!!!  Alex, qué te vaya muy bien, lo hemos pasado estupendo!!!

Lugar de peregrinación del Emperio Inca antes de la llegada de los españoles, no hemos resistido a dar una vuelta en el Lago Titica y hacer un trekking de un día en la Isla del Sol. Camino entre las ruinas del templo Chinkana con vistas impresinonantes sobre el lago, bajo un sol increíble.

 ¡Fenomenal!